Saturday, August 20, 2005

Varias, y van cero.

Nuevamente salí de vacaciones. Nuevamente de regreso.

Después de todo un asedio de conflictos personales, intensidades intencionales no laborables y aquellas que sí lo fueron en ese tenor, decidí largarme a un rico y adorable espacio de esparcimiento en las playas oaxaqueñas.

Toda una delicia para un servidor.

Ya en Oaxaca pensé, y pensé mucho. Y miren, y vaya más bien, que si he tenido mucho qué pensar.

Tantos temas, tantos tópicos y tantos asuntos que tenía pendientes en mi mente de resolver, los medité todos en pedazos echado en una hamaca disfrutando del vaivén que ejerció, sereno, mi propio cuerpo sobre el centro de mi universo.

Y regreso tranquilo. Regreso calmado y regreso con frío. Regreso con ganas de no saber si quiero regresar o no, pero aceptando que hoy, regreso.

Algo tenso quizá, pensar en los problemas no significa jamás solucionarlos, y si de problemas se trata yo tengo hasta para aventarlos. Sin embargo, puedo asegurar que esa tierna tensión no me altera tanto.

Me siento leve, alivianado, peacefull perhaps, algo adormilado por el sol que me bañó por tanto rato... sin embargo me siento todavía con las ganas suficientes como para seguirle macheteando este próximo lunes ya encerrado en las cuatro paredes de mi oficina, de nuevo y nuevamente, laborando.

Esta semana en mi vida fue tan delicioso y desconcertante como presionar lenta, pero firmemente, el botón de reset a mi ordenador.

Y mirá que me siento cómodo con ello, Ché.