Thursday, December 23, 2004

Cosas

Hay cosas....,

En realidad no cosas.

Hay situaciones que a veces uno realmente espera a que sucedan.

Esas situaciones que pueden volver claro un día como el día de hoy, que le pueden añadir luz a tu vida. Esas situaciones de película, esos momentos, esos instantes, esas cosas – al final de cuentas –, que encantan tan sólo por suceder, que trascienden por trascender.

Aquellos hechos que suceden cuando alguien ya no los espera. Pero en el fondo, secreta e ilusionadamente, uno siempre anhela.

Y de pronto, uno se da cuenta que mientras pasan los segundos, ¡qué digo segundos! ¡décimas de segundo!, fugaces trozos de tiempo que se aventuran en el transcurrir de su misma existencia ante tus ojos, y que mientras más pasan te das cuenta que tu anhelo ha dejado de ser anhelo. Comienza la ansiedad.

Y de la ansiedad viene la desesperación, de la desesperación la obsesión, obsesión de ver cómo se escurren esos momentos, esas cosas de tu vida, de tu presente, de ver cómo te alcanza el futuro, ese ser inalcanzable que se dispone a tragarte a ti.

Sí, leíste bien.

“Tragarte a TI”.

Y mientras más desesperas, más tiempo pasa, y el futuro te va alcanzando. Tus esperanzas ya se van convirtiendo en pasado, y crees que se te saldrá el corazón si llegan a suceder esas cosas en ese preciso instante de tu insignificante presencia en este gigantesco universo.

Esas cosas...

Justo cuando deben de suceder...

En ese instante...

No podrías resistir si así pasara...

Si sucedieran...

Si trascendieran...

Pero...

No pasan...

Y...

No pasarán...

Y te das cuenta de la mugrosa realidad en la que vives.




Esas cosas que nunca suceden.

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